La lechuga

 

La lechuga (Lactuca sativa L) es una planta herbácea nativa de las regiones templadas de Eurasia. El origen de la lechuga no parece estar muy claro, aunque algunos autores afirman que procede de la India. Las primeras indicaciones ciertas de la existencia de la lechuga datan de aproximadamente 4.500 años a.c. en grabados de tumbas egipcias, en que se representan lechugas similares a las hoy conocidas como tipo espárrago. Igualmente fue conocida y utilizada por los antiguos persas, griegos y romanos, que incluso desarrollaron la técnica del blanqueamiento. Sus nombres populares son diversos y evocativos, como “hierba de los sabios” o “hierba de los filósofos”.

Desde el Mediterráneo, su cultivo se expandió rápidamente por Europa y fue llevada por los primeros conquistadores a América, donde se ha convertido en una de las hortalizas más populares y de mayor importancia económica, especialmente en Estados Unidos.

La lechuga favorece la digestión, estimula la formación de bilis, es refrescante, rejuvenecedora, desintoxica la sangre, favorece la formación de orina e impide las fermentaciones intestinales. Contiene Betacaroteno, vitamina C, B1, B2, B3, B5, B6 y E. Es útil en aquellos que tienen problemas para dormir porque favorece el sueño. Es hecho admitido que la lechuga facilita el sueño debido a la presencia de "lactucarium" que posee propiedades calmantes. Si comemos una ensalada de lechuga de noche nuestro sueño será más placentero.

Estimula la eliminación de orina, por lo que resulta adecuado en aquellos casos en que haya que estimular a los riñones para aumentar la micción, en enfermedades como: obesidad, hipertensión arterial, hidropesía.

La lechuga presenta propiedades carminativas, liberando el organismo de las molestas flatulencias evitando la sensación de llenado del estómago y vientre. Mejora la circulación, previene la arteriosclerosis y disminuye el colesterol.

La lechuga es un alimento que no debería faltar en nuestras mesas habitualmente. Además de las propiedades anteriores, debemos tener en cuenta su bajo contenido en grasas y en hidratos de carbono y su alto contenido en agua, lo que le proporciona un poder calórico de tan solo 13 Kcal por cada 100 g. La lechuga resulta muy adecuada para dietas de adelgazamiento.

Su riqueza en minerales, especialmente potasio, que es muy necesario para mantener un nivel adecuado de líquidos en el cuerpo, junto con el calcio y el fósforo la hace especialmente adecuada para el correcto bienestar de los huesos. Presenta además una serie de oligoelementos no muy habituales dentro del mundo vegetal, como el selenio, un antioxidante que tiene un papel fundamental en la prevención de cierto tipo de cánceres, como el de colon, próstata o pulmones. También previene el envejecimiento precoz.

Es conveniente comerla fresca, para que no se pierdan sus propiedades alimenticias y medicinales. Tenemos que tener en cuenta que las hojas internas, aunque puedan resultar más apetitosas, presentan menor cantidad de componentes que las hojas externas de color verde más fuerte

Como es costumbre os enviamos unas recetas que contienen lechuga como ingrediente básico, como ensalada de cítricos, los pepinos con atún, la papa a la Huancaina, la crema de lechuga I o la sencilla ensalada de lechuga.

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