El tamarindo

 

 

Esta vez el protagonista es el tamarindo, fruto de un árbol de origen africano de unos 10 a 20 metros de altura que produce unas vainas alargadas, se 8 a 10 cm.,  donde se encuentran las semillas, rodeada de una pulpa que es lo que realmente se llama tamarindo. Son oscuras por fuera, con abultamiento que indican donde está la semilla, el color marrón tirando a rojo, como un dátil, siendo como esté pegajoso.

Su extensión hizo que se instalase primero en asía tropical de ahí su nombre científico “Tamrindus indica”, alrededor del Océano Indico. Se aclimato muy bien en toda la América tropical y en el Caribe donde se emplea con frecuencia.

La pulpa que es lo que se emplea es fácil de ablandar en agua caliente, está es la que se emplea en múltiples recetas. Su sabor agridulce le da una versatilidad en muchos platos de cocina, ya sean dulces o salados. A veces se emplea como una especia que potencia el sabor de salsas muy conocidas como la salsa Inglesa o también llamada Worcestershire o salsa Lea & Perrins, cuya fórmula es secreta y no ha sido jamás imitada la perfección. También se emplea para preparar muchos chutneys diferentes.

Comienza a comercializarse en muchas zonas donde antes no era empleado, ya sea la vaina o en pasta de uso inmediato.

Su capacidad de ser empleado desde sopas, carnes, pescados, salsas de muchos tipos, caramelos, dulces y hasta bebida, hacen del tamarindo un producto muy versátil  y de sabor muy especial y sabor intenso, por eso su empleo ha de ser en dosis pequeñas. 

Su conservación es larga, al menos seis mese, si es en el frigorífico, al contener sólo un 30% de agua y estar protegido en su vaina hace que se conserve bien.

El aporte calórico no es alto, carece de grasas,  pues además se emplean dosis pequeñas, pero sí que contiene hasta un 50% de azucares y el resto son ácidos, sobre todo el tartárico. 

No sólo es un gran saborizante, el tamarindo aporta también buenas cantidades de minerales y vitaminas. Tiene un buen contenido en magnesio, en calcio, en fosforo, hierro, así como vitamina C y B, teniendo una buena cantidad de antioxidantes.

Es un buen digestivo y también laxante, en los  países donde se encuentra se suele emplear como desinfectante y cicatrizante. Se la puede denominar como una súper fruta. 

La cáscara es también empleada cuando aún no está seca del todo como saborizante  del arroz o para hacer bebidas.

Para complementar un poco más esta introducción al tamarindo, queremos aportaros  unas recetas que pueden ayudar a ilustrar algo y para que si lo deseáis podáis hacerlas en casa.

 

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