La alimentación en la vejez

 

A medida que el cuerpo envejece, experimenta una serie de cambios, las necesidades son diferentes y debemos asegurarnos de que comemos bien y de que nos mantenemos activos. Las necesidades energéticas y el apetito disminuyen, sin embargo también las personas mayores deben seguir una dieta equilibrada y nutritiva para prevenir las enfermedades y preservar la salud.  

Muchas personas adoptan malos hábitos dietéticos a medida que se hacen mayores: dejan de comer de forma regular y en demasiadas ocasiones optan por platos preparados. Discapacidades físicas como la artritis pueden hacer que comprar y cocinar se conviertan en tareas complicadas; los problemas con la dentadura hacen que no mastiquen ni digieran bien; y con la edad se pierde el sentido del gusto y del olfato.

Las personas mayores deben hacer una comida fuerte por la mañana y otra al mediodía, mientras que el resto del día deben comer moderadamente. Con la edad la digestión se convierte en un proceso más lento, de modo que es aconsejable no comer nada varias horas antes de irse a la cama.

Con la edad las necesidades calóricas disminuyen. Un hombre de 75 años debe digerir aproximadamente 2100 calorías y una mujer de la misma edad 1810 calorías. No obstante la cantidad de líquidos necesarios es la misma durante toda la vida. Muchas personas mayores no beben lo suficiente porque les cuesta más que antes reconocer la sensación de sed. Si no se bebe lo suficiente aparecen los síntomas de deshidratación: los labios y la piel muestran signos de sequedad, se orina poco y la persona se siente desorientada. Las personas que tengan problemas para controlar su vejiga no deben beber ni té ni café, porque dichas bebidas son diuréticas y como tales aumentan la necesidad de orinar. El mejor líquido para hidratarse es el agua. 

Los alimentos que deben evitarse son los fritos y las grasas como la mantequilla que contiene una proporción muy alta de grasa saturada. También debe limitarse la cantidad de sal, pues con la edad se es más propenso a la hipertensión, alteración que puede causar enfermedades coronarias. Para dar sabor a los platos en vez de sal, se pueden añadir hierbas aromáticas o ajo, u optar por las especias.

Envejecer de manera saludable comporta, además de velar por conservar el mejor estado de salud posible, mantener un estilo de vida sano. Por lo tanto, comer saludablemente y moverse cada día son dos factores esenciales para tener buena salud y favorecer que cuando nos hagamos mayores podamos continuar viviendo con los mejores niveles de independencia y autonomía posibles.

Mantener un estado nutricional adecuado por medio de la dieta puede ser determinante para la salud. Mediante una alimentación y un nivel de actividad física adecuados a la edad se pueden reducir los cambios relacionados con el proceso de envejecimiento. 

Una alimentación adecuada ayuda a lograr una longevidad saludable. 


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