La nata es un derivado de la leche, que por tanto cuenta con muchas de sus propiedades. Es una crema espesa de gran contenido en grasas saturadas, por lo que debe ser consumida con moderación. Es uno de los alimentos con más cantidad de calorías.

Aunque a veces se confundan y sean muy similares, la nata propiamente dicha (nata ácida) es la grasa de la leche que por simple densidad sube después de un cierto tiempo o debido al calor a la superficie, es la llamada "telilla" que acompaña a los hervores de leche. La vulgarmente llamada hoy nata, es la nata dulce o crema de leche, obtenida por centrifugación. Son muy similares en aspecto, pero varían notablemente tanto en sabor como en composición. En realidad es una emulsión de grasa en agua o suero lácteo.

La nata ácida, es conocida desde tiempos inmemoriales, la crema de leche o nata dulce es de más reciente aparición. La primera es algo más fuerte y de sabor y aroma típicos, consecuencia de las fermentaciones llevadas a cabo por bacterias lácticas. La crema o nata líquida es más suave y se consume mejor.

La principal riqueza nutritiva de la nata, además de su contenido en grasa y colesterol, reside en su elevado aporte de vitamina A, hasta diez veces más que la que aporta la leche entera de la que procede, y de vitamina D, amen de las proteínas de la leche y sus grasas. Su contenido en calcio es menor que en la leche, al menos en proporción. Parte de ese calcio queda en el suero.

La nata goza de gran aceptación en la cocina donde es valorada por su delicado sabor y su versatilidad. Añadir nata a un plato supone enriquecer su sabor con suaves matices y un mayor valor nutricional. Es un excelente acompañante de verduras, patatas, setas, carnes de aves y huevos; además de exquisita como ingrediente de postres junto a frutas como la fresa, la frambuesa o el melocotón.

No se puede uno olvidar facilmente de manjares tan excelsos como las fresas con nata, y no se puede concebir un café irlandés sin su correspondiente nata. En repostería tiene un lugar elevado en la elaboración de tartas, pasteles, helados, galletas y pastas a los que aporta su sabor y su fina textura.

La cocina francesa hizo de ella un gran bastión. Muchas salsas y cremas están realizadas con este derivado de la leche.

Pero la nata ha tenido sus detractores, no sólo por su alto poder calórico, sino por que con ella se disfrazaban muchos platos, haciéndolos más untuosos y suaves. Se sigue empleando mucho no solo en la alta cocina, sino en muchos hogares.

Por su composición está sometida a peligros por contaminación de bacterias, de ahí que la legislación sea muy estricta en cuanto a envasado y conservación.

A continuación recomendamos varias recetas en las que la nata es determinante, como el bizcocho económico, la mousse de salmón ahumado y espárragos blancos, el bacalao a la crema, el postre de natas o el flan de nata.