Enfrentarse por primera vez a un fogón e intentar realizar un plato, ya sea por necesidad, curiosidad o por la atracción natural de la cocina es siempre una tarea difícil. 

La necesidad del comer a diario, una vez emancipado, en un mundo urbano, donde las prisas, los agobios y la falta de tiempo es evidente, unido al interés por tomar productos naturales, ya un poco hartos de comer de botes y sobres, nos lleva a la necesidad de aprender a cocinar.

La televisión ha sustituido en muchos casos a las chimeneas, fogones y cocinas primitivas, pero la necesidad diaria, la nostalgia del olor a cocina de casa, el ahorro o la simple curiosidad hacen que nos acerquemos de nuevo a los fogones e intentemos recrear viejos olores y sensaciones, encontrándonos con instrumentos y equipos a veces inexplicables para un novato.
Se han publicado numerosos escritos sobre este tema, en vista de la necesidad que tiene la sociedad de querer aprender.

La cocina es uno de los lugares de la casa donde los accidentes son más usuales. Se trabaja con fuego, líquidos calientes, cuchillos y utensilios cortantes o punzantes, electricidad y agua. El 70% de los accidentes en un hogar se producen en la cocina, por eso hay que entrar allí con mucho respeto, cariño y limpieza.

Lejos de nuestra intención el ahuyentar a quienes quieren empezar a cocinar mencionando los peligros como algo consustancial, queremos incitar a que comiencen a cocinar para si mismos o los suyos, pero siempre con el respeto que merece esa zona del hogar y dar unos simples y genéricos consejos básicos como el mencionado respeto y precaución, la limpieza, el esmero, la paciencia y sobre todo mucho amor y cariño por lo que se hace y no desfallecer ante los primeros fracasos. Es conveniente acudir a fuentes que nos guíen en esta introducción a un mundo donde los cinco sentidos se unen para el deleite no sólo del cuerpo sino también del alma.

Como es habitual os proporcionamos cinco recetas que pueden servir como inicio en este mundo tan fascinante, como el pollo asado al limón, las chuletas de cordero asadas, la ensalada reina madre, la crema de calabacín o el chupito de atún.