El haba, “Vicia faba L”, es una leguminosa de la familia de las Papilionáceas, originaria de Asia. Naturalizada y cultivada como alimento, es de crecimiento rápido y produce frutos en sus vainas. Esta legumbre, de longitud variable, puede sobrepasar los 35 cm., y contiene entre 2 y 9 granos en cada vaina. El color de la semilla es verde amarillento, aunque las hay de otras coloraciones más oscuras. Se suelen consumir en verde y también secas tras ponerlas en agua.

Su cultivo es originario de Oriente Próximo, aunque pronto se extendió por toda la cuenca mediterránea, casi desde el mismo comienzo de la agricultura. Los romanos fueron los que seleccionaron el tipo de haba de grano grande y aplanado que es la que actualmente se emplea para consumo en verde, distribuyéndola a través de la Ruta de la Seda hasta China, e introduciéndola posteriormente en América, tras el descubrimiento del Nuevo Mundo.

El haba no es una legumbre de gusto masivo, debido seguramente al sabor fuerte que presenta, pero, como otras leguminosas, debe ser considerada en la dieta por su composición nutritiva, ya que aporta cantidades importantes de carbohidratos y proteínas. Además, es rica en minerales, en fósforo, hierro y vitamina B1, y sus flores son diuréticas, depurativas y antirreumáticas. El consumo de las habas como alimento ayuda a eliminar grasas de las arterias, disminuyendo el nivel de colesterol.

Se suele consumir preferentemente en primavera. Puede destinarse al consumo fresco, aprovechando tanto las vainas como los granos, así como únicamente los granos, dependiendo del estado de desarrollo en que se encuentren. También puede utilizarse como materia prima para la industria manufacturera, tanto para enlatado como para congelado.

Las habas no deben comerse por la noche porque, por ser difíciles de digerir, pueden producir pesadillas. En la Edad Media se pensaba que las almas de los muertos vivían dentro de esta legumbre y por eso no les dejaba dormir. Cuando son tiernas, se pueden comer crudas. Si se tienen que comer secas, deben ponerse en remojo durante un día, y después cocerlas bien para que no sean indigestas.

Como es habitual, cada contenido se acompaña de diversas recetas que ilustran el tema tratado, así en esta ocasión os proponemos las habas con jamón, la paella de habas, habas a la marroquí, habas a la catalana II y la crema de habas.