El Petroselinum sativum o perejil común, es conocido en la historia de la alimentación desde hace más de 2000 años. Los judíos para celebrar la pascua tomaban y toman perejil crudo bañado en agua salada, símbolo de la amargura y las lagrimas.

Aunque es realmente una hortaliza en muchos casos se incluye entre las especies. Esto sea debido a que su consumo en abundancia puede provocar por medio de su aceite esencial una acción irritante sobre los riñones. Las dosis altas de la infusión de raíz provocan conges¬tión de las mucosas digestivas y contracciones uterinas, por tanto, está contraindicado el uso en las mujeres embarazadas.

En grandes dosis, cualquier preparado de raíz o semillas de perejil, puede resultar tóxico o tener una acción nefasta sobre los riñones y sobre el sistema nervioso central (ocasiona desvanecimientos). Provoca irritación del músculo ute¬rino y puede ocasionar hemorragias fuera de la menstruación o provocar flujos menstruales más abundantes de lo normal.

Sin embargo el perejil es muy nutritivo sobre todo en vitaminas y minerales. En cuanto a vitaminas podemos destacar las vitaminas A, B2, B6 y C y en cuanto a minerales el perejil nos aporta calcio, hierro y potasio. Se utiliza sobre todo sobre platos calientes y salsas, sin embargo también es delicioso sobre ensaladas de todos los tipos. En cualquier cocina que se precie no puede faltar el perejil fresco, es esencial para dar sabor y decorar múltiples platos.
Es muy útil para evitar la retención de líquidos, las inflamaciones y la celulitis: el perejil es un diurético natural.

Queremos ofreceros algunas recetas donde el perejil es imprescindible como el cordero asado tradicional, los espaguetis con salsa de ragut o la bullabesa.