Sus recetas rompen esquemas y construyen un universo de sabores, texturas y sensaciones insólitas. Hombre sencillo, poco dado a la soberbia, con una imaginación que parece no tener límites y un cerebro en constante ebullición, sus ideas fluyen más deprisa que sus palabras. Un Dios de la cocina, como no le gusta que le llamen, muy poco endiosado.

Ferran Adrià es el principal icono de la cocina española de vanguardia. Líder en su sector, está reconocido como el mejor cocinero del mundo y el más influyente del planeta.

La originalidad, la singularidad y la innovación de Ferran Adría se plasman en sus recetas, logrando creaciones únicas. En su cocina se aprecia un derroche de imaginación, trabajo, provocación y un talento innato.

Su cocina de autor está basada en tres principales cuestiones: el uso de los productos de la zona y temporada, una profunda investigación y el uso de una técnica profesional y exquisita en la que además de lograr platos, trata de que estos adquieran una razón de ser no mezclando ingredientes porque sí, sino tratando de darles un sentido real.

Ferran se aplica la máxima “creatividad es no copiar”. Es un experto en las deconstrucciones, espumas, aires, esferificaciones, liofilizaciones, nitrógeno líquido, cocina al vacío, gelificantes, espesantes etc. Técnicas logradas a través de su esmerada y compleja investigación y que, algunas de ellas, hoy están al alcance de todos.

Para él, la gastronomía implica cuidar los detalles al milímetro, que el comensal pueda usar y aplicar todos sus sentidos; tanto la vista, el aroma y el gusto, así como el tacto, esencial en las texturas, e incluso el oído, escuchando el crujido de algunas de sus preparaciones. La posibilidad de poder con cada bocado volver a conocer nuevas sensaciones.

Con Ferran Adrià nació un nuevo concepto de cocina con creaciones únicas, producto de una muy innovadora y creativa, pero sólida, investigación.

A continuación os ofrecemos algunas recetas basadas en las técnicas de este gran genio de la cocina, como la ensalada destructurada, gelatinas y esferificaciones de melocotón o el Martini con berberecho en suspensión.