Conservación de los alimentos Parte IV

 

En cuanto a la leche, sus derivados o sustitutivos son extremadamente difíciles de conservar, en estado natural, a menos que se haya quitado gran cantidad de líquido o se hayan pasteurizado y envasado sin aire y luz. Así las mantequillas por su grado de grasas, se enrancian con facilidad. Pasa en menor medida con el chocolate y margarinas.

Los quesos cremosos son bastante más difíciles de conservar, no así los muy curados que aguantan más tiempo, si están bien envasados o si se les elimina el aire por medio de aceite, es el caso del queso Manchego curado en aceite. La leche, una vez abierto el envase, tiene que ser consumida en varios días y siempre guardada en la nevera; es un caldo de cultivo extraordinario para numerosas bacterias, así como los huevos rotos o sin cáscara, fuente de muchas infecciones en tiempo estival.

En cuanto a las verduras es más difícil su conservación, puesto que su alto contenido en líquido la hace perfecta para que se pudra con rapidez. Sólo las conservas enlatadas, frutas desecadas o en mermeladas, a las que se les ha quitado parte del líquido y se protejan por el azúcar, o las congeladas industrialmente, por métodos de escaldamiento y congelación rápida, pueden aguantar o en el congelador o en sus envases.

Congelar las verduras en casa no es una solución pues en muchos casos se rompen las estructuras celulares al aumentar el volumen un 4% y de esta forma pierden todo su sabor y consistencia. Hay ciertas verduras que aguantan algo más de tiempo en ausencia de luz como, las cebollas, las patatas o papas, el ajo, pero el resto, si su grado de líquido es elevado y su capa protectora (como puede ser la sandía , el coco, el melón) es propicia a la putrefacción, aguantan un poco más dentro de la nevera. Existen métodos de conservación de ciertas verduras: en salmuera, en vinagre como los encurtidos o envasados en frascos sin luz ni aire y con conservantes como el tomate, pero es una labor que hoy en día no merece la pena desarrollar.

No hay que dejar de mencionar a los huevos. Su utilización debe ser siempre cautelosa, comprar huevos frescos, sin roturas en la cáscara y cuando se abran si se les ven un poco de sangre, hay que retirarlos. Su conservación debe ser siempre en la nevera y cuando se vayan a utilizar lavarlos bien, para evitar la salmonelosis típica del verano. Cualquier salsa o receta que se realice con huevos y más en verano no debe estar más de dos o tres días en la nevera y se tendrán que tirar a fin de evitar contagios y enfermedades.

Una de las industrias más notables en la actualidad es la de la alimentación. Grandes y pequeñas compañías intervienen por doquier, obteniendo, conservando, trasformando, distribuyendo los alimentos que día a día necesitamos para nuestro sustento.

Actualmente disponemos en nuestros mercados de múltiples alimentos precocinados, tanto congelados como conservados. Muchos de ellos tienen una calidad gastronomica buena e interesante, lo que en muchas ocasiones nos ayuda a aliviar nuestra labor en la cocina, con una calidad más que aceptable. Hay que aclarar que muchos alimentos preparados o en conserva, vienen con conservantes, colorantes y potenciadotes del sabor. Este hecho hace que muchos consumidores sean reacios a tal consumo, mientras no se demuestre su inocuidad para nuestra salud.

Enlaces relacionados:
Reportajes anteriores

Puedes consultar los reportajes anteriores por categorías o bien utilizando el buscador de palabras clave.

© Copyright - Revistarecetas.Com | Condiciones Generales y Polнtica de Privacidad | Rss

Desarrollado por Iniciativas Virtuales