La Navidad celebra el nacimiento de Cristo. Desde el concilio de Nicea (año 325), el 25 de diciembre (solsticio de invierno en el hemisferio norte) se decidió fijar el natalicio de Cristo y desde entonces se festeja la Navidad en toda la cristiandad.

Actualmente, la Navidad es una fiesta más profana que religiosa. Es tiempo de gran actividad comercial e intercambio de regalos, reuniones y comidas familiares, donde nuestras mesas se llenan de dulces de Navidad, carnes, mariscos, pescados y todo tipo de viandas exquisitas, con las que pretendemos agradar a todos los nuestros.

En cada país las costumbres tienen sus peculiaridades, aunque existe un común denominador que es la propia Navidad. Así en México, la Nochebuena constituye la culminación de una celebración que dura nueve días a la que se llama "las posadas". Éstas empiezan el 16 de diciembre y conmemoran el viaje de María y José en su búsqueda de alojamiento antes del nacimiento de Jesús. En otros países, la clásica estampa de frío y nieve se convierte en visiones veraniegas.

Para muchos, estas fiestas anteceden al año nuevo y todos deseamos que nos aporte tranquilidad, felicidad, salud y buena fortuna. Una forma de celebrarlo es con copiosas comidas, alrededor de una mesa.

Es el momento para recordar y, sobre todo, de ayudar, a todas esas personas que en estas fiestas no pueden disfrutar como nosotros: cuando nuestras mesas están a rebosar, millones de personas siguen pasando hambre. Por esa razón, esta vez no os voy a recomendar ningún plato para vuestra mesa, sino que contactéis con las organizaciones humanitarias más cercanas y que ayudéis con lo que os sea posible.

Está en vuestras manos que la Navidad sea un sentimiento universal.