La granada (Púnica Granatum) es originaria de Asia, y su historia se remonta a varios siglos antes de Cristo. Fue considerada tradicionalmente como símbolo del amor y de la fecundidad. Según la tradición, una joven esposa turca podía conocer el número de hijos que tendría contando los granos escapados de una granada lanzada al sol.

Los árabes fueron los que la introdujeron en España, citándola ya en el siglo XIII Gonzalo de Berceo en uno de sus poemas, en el que la llama milgrana (mil granos). Posteriomente fue llevada por los españoles a América, donde ahora ocupa grandes extensiones, sobre todo en las zonas litorales del Pacífico que van desde California a Chile. En España, los árabes bautizaron con su nombre a esa maravilla de ciudad andaluza, que es Granada.

La granada es el fruto de un árbol llamado granado y es entrado el otoño cuando la llamativa granada nos ofrece toda su plenitud. El fruto es una baya grande, redonda, que contiene numerosas semillas, de color rojo vivo violáceo. Su piel es brillante y gruesa. Es tan atrayente que hay un refrán que asegura: "granada madura, tentación segura".

Es rica en vitaminas A, B, y C, así como en potasio, fósforo, cloro, magnesio, calcio y sodio, aporta 65 calorías por cada cien gramos, es muy digestiva, y muy versátil por sus muchas aplicaciones curativas. La pulpa de la granada es astringente y depurativa. Además, una cura prolongada con zumo de granadas modifica el estado de la sangre. Una de las grandes virtudes de esta atractiva fruta es su alto contenido en vitamina C y en fibra. De la granada se puede utilizar casi todo, incluso su gruesa cáscara, que si la cocemos podremos obtener una estupenda infusión para eliminar los parásitos intestinales.

Ese color tan atrayente que posee, mantiene una relación con el sol muy particular, ya que si les da el sol, tienen granos blancos, mientras que las frutas situadas a la sombra poseen granos muy rojos.

En la actualidad se emplea en alimentación en los países occidentales el fruto maduro que se consume en otoño y en invierno. Los granos son separados de su envoltura y consumidos con azúcar o zumos de otros frutos. Según los entendidos el jarabe de granada es perfecto para la salsa de los asados. Es muy decorativa en ensaladas de frutas, sopas, pescados, mariscos, salsas y quesos. En la India se usa en lugar del zumo de limón o del vinagre. En Occidente se consume bajo forma de jugo para preparar el auténtico sirope de granada (granadina) o en aperitivos y postres como los sorbetes.

Como es costumbre, os ofrecemos varias recetas que contienen esta preciada fruta, como es la ensalada de Navidad, el atarceder en Granada, la ensalada oriental, las crepes con crema de granada o la ensalada serrana de granada.