Las avellanas son el fruto seco del avellano, un arbusto grande, unos 10 metros, de ramas muy flexibles, su nombre científico es “Corylus avellana” de la familia de las Betuláceas. Dispone de flores masculinas y femeninas. En sus ramas crece el muérdago, siendo un parásito del avellano, se le considera que protege contra las artes de la brujería.

Parece ser que el avellano tiene su origen en el Ponto, Asia Menor, de donde fue traido por los griegos. Actualmente esta planta está muy difundida tanto en estado silvestre como cultivada. El nombre de avellana se deriva de la ciudad de Avella, en Campania, donde parece ser que estas plantas se criaban en abundancia.

Gracias a sus ramas tan flexibles, en la antigüedad se bateaban los colchones de lana. Los zahoríes, buscadores de agua o buscadores de metales, solían utilizar una rama de este árbol para que les guiase en su búsqueda.

El aceite de la avellana tiene características que lo hacen especialmente interesante para la industria farmacológica y la cosmetología. En la composición de ácidos grasos del aceite de avellana prima la presencia de ácidos no saturados. Tiene un contenido de aceite de 49.3 gramos por 100 gramos de fruto comestible, muy bajo en colesterol, lo que lo hace muy aceptable desde el punto de vista dietético. Contiene sobre un 24% de ácido palmitoléico, que tiene la propiedad de una rápida absorción por parte de la piel y una acción como filtro solar UV. Las avellanas son astringentes y evitan hemorragias.

La avellana tiene un alto contenido de vitamina A, además de ser rica en vitamina E que es antioxidante y previene el cáncer. El fruto del avellano también es muy rico en minerales, principalmente magnesio, potasio y calcio, posee también ácido fólico, un elemento que previene malformaciones en los fetos y cuya falta acarrea desordenes intestinales o un cabello prematuramente canoso.

Las avellanas, según la tradición irlandesa, constituyen el símbolo de la sabiduría, de manera que transmiten esta propiedad a las personas que las comen.

Las avellanas además de su uso en cosmética y como aperitivo en crudo se emplean sobre todo en repostería. Acompañamos una serie de recetas donde la avellana es protagonista, como los mantecados de avellana y almendra, los crocantis de avellanas, el bizcocho de avellanas, el marquis de avellanas o el aceite de avellanas, muy utilizado en repostería.