Hablar de gastronomía China en Occidente es como hablar de algo conocido, y no es así. China por su extensión, su población y su larga y riquísima historia es mucho más. Para los chinos el comer es lo primero ante todo. Las hambrunas pasadas, las guerras y las malas cosechas han hecho que este pueblo disfrute en la mesa de una forma poco habitual y no como en nuestros países. Es sin duda la más diversas y sofisticadas del mundo.

Basta observar que la cuna o el origen comercial de las especias tenían su prodecencia allí. También la forma de cocinar y los utensilios, como el wok o la cocina al vapor hacen que las viandas queden con todo su sabor y toda su riqueza. Las técnicas son muy variadas, como también los tipos de alimentos, basta darse una vuelta por un mercado chino y se encontrarán los alimentos más curiosos. Las formas de prepararlos son casi incontables. A veces preparados con mucho esmero, siguiendo un ritual casi ancestral, cortando las porciones en dados pequeños. En otras ocasiones, la sofisticación llega a niveles pocas veces imaginada en Occidente

Por otra parte, en nuestra ignorancia, pensamos que el arroz es el único cereal presente y no es así, el trigo, el mijo, la cebada y sobre todo la soja, leguminosa de múltiples usos y de gran poder alimenticio, están presentes en toda china, en unos lugares más que en otros, dividiéndose la cocina en diferentes zonas, siempre condicionadas por sus hábitos, sus productos, su clima y su historia. Los ingredientes predominantes en el este y en Shangai son más dulces, los sabores cantoneses suelen ser más ligeros y luminosos y los de Beijing reúnen influencias de diferentes regiones y de los pueblos nómadas del norte, aunque Cantón (Shandong), pues es sin duda la zona de referencia, esta considerada por los groumets como la mejor del mundo, antes que la francesa, que ocupa el segundo lugar. Otros centros de hacer cocinas muy diversas son Sichuan, Guangdong, Fujian, Jiangsu, Zhejiang, Hunan y Anhui. Se dice que, a los del sur del país, les gusta las combinaciones con el dulce, a los del norte, el sabor salado, a los del este, el picante y a los del oeste, el sabor agrio.

En este país, la importancia de las comidas no se mide por la cantidad de alimento presente en el plato, sino por el número de platos servidos y por la calidad, variedad y el esmero en prepararlos porque para los chinos, el acto de comer no es solo alimentarse, sino otros objetivos como conseguir una buena nutrición, una alimentación balanceada y un menor esfuerzo en preparar la comida.
Como es habitual el contenido es enriquecido por cinco recetas variadas que pueden enriquecer la pequeña introducción que hemos desarrollado como puede ser el pato laqueado de Pekín, el cerdo agridulce, los vegetales al estilo chino, los tallarines fritos al estilo de Szechuan o el Chop suey de camarones.