La codorniz, “Coturnix coturnix”, es un ave emparentada con los faisanes), tiene alas largas y puntiagudas. Esas alas le confieren una gran velocidad de vuelo y recorre grandes distancias, en sus emigraciones. No se asientan en un lugar concreto, son por decirlo aves nómadas. 
La hembra y el macho son muy parecidos, de color pardo, salvo por el cuello negro que poseen los machos. Cualquier cazador o agricultor reconoce su canto entre los cultivos, preferentemente el trigo y praderas. Jamás abandonan el suelo, evitan los árboles y prefieren esconderse entre los cultivos y zonas ricas en alimento. Es difícil verlas, sólo su canto monótono y en el amanecer hace que perros especializados les sacan de su escondite.
Son grandes andadoras. Su carne es recia, rica y de un sabor intenso. Como cualquier ave de caza.
Los platos que hacen referencia a la codorniz son muy tradicionales y muy apreciados.
De tamaño pequeño, no va más allá de 15 centímetros, son piezas muy apreciadas en las grandes mesas. El peso no va más allá de los 200 gramos o algo más, en animales machos y es pieza casi de ración.
Sus migraciones se producen dos veces al año dependiendo de la climatología, cada vez son más escasas en libertad, pues los pesticidas, la mecanización del campo, hacen casi imposibles su supervivencia.
Es un ave muy exquisita en su alimentación, por esa razón sus carnes rojas y prietas, una vez cocinadas resulten de un sabor muy apreciado.
Actualmente se encuentran en nuestros mercados por la cría en cautividad. Esta se ha logrado por el cruce entre una variedad japonesa y las autóctonas. Ya vienen limpias de plumas y vísceras y es más fácil su empleo en la cocina, pero el sabor no es exactamente el mismo que las que se capturan libres. Los huevos de codorniz son muy apreciados por su sabor y tamaño, más bien pequeños que en muchos casos sirven como acompañamiento en la decoración de muchos platos, su sabor es parecido a de la gallina, pero con menos colesterol.
Este ave se encuentra dispersa alrededor del mundo, pues son muy adaptables, la mayoría de estas aves suelen recorrer cientos de kilómetros en poco tiempo, buscando terrenos ricos en alimentos. Sus migraciones parten del norte de África hasta latitudes más o menos alejadas. Jamás están en los árboles, prefieren el terreno frondoso donde cuidad a sus crías.
Como es habitual os ofrecemos algunas recetas de cocina que enriquecen el contenido tratado, como puede ser el chorizo con huevos de codorniz, la tartaleta de bacalao con huevos de codorniz o las codornices con pétalos de rosas.