El jabalí (Sus scrofa) es un mamífero de tamaño mediano, emparentado con el cerdo, esté es la evolución de su domestificación por el hombre. Está provisto de una cabeza grande y alargada, en la que destacan unos ojos muy pequeños. De cuello es grueso y las patas son muy cortas. A pesar de su parentesco con el cerdo, sus diferencias son notables, su adaptación a todo tipo de terreno, sobre todo bosques bajos y aledaños de encinares su constitución y su naturaleza le hacen adaptarse al terreno, tiene pelo más largo y fuerte, su constitución difiere su resistencia y hasta su procreación es diferente.

Se unen en grupos matriarcales, no muy grandes. Su alimentación es omnívora, come casi de todo, hasta carroña.

Es pieza apreciada por los cazadores, sobre todo por sus cuartos traseros. De carne recia y de sabor a caza, abunda por muchas zonas del mundo, a veces llevados por el hombre para establecer zonas de caza. Se adapta muy bien a cualquier clima y es un animal que se mueve constantemente.

Su vista no es su fuerte, sin embargo si su olfato, son muy buenos encontrando trufas y su hocico es un arado que levanta cualquier terreno a la búsqueda de su muchos alimentos. Su yodo es también una de sus armas, por eso suele viajar de noche hasta 14 kilómetros de distancia, en busca de zonas nuevas donde alimentase.
Como animal salvaje si es acosado, puede llegar a ser muy peligroso, pues sus colmillos y fu fuerza hacen de él un enemigo a temer.

Su consumo se centra en restaurantes especializados o en hogares de cazadores, pero su larga historia como caza del hombre ha creado notables recetas de cocina.

Como es normal, en estos casos queremos ofreceros una pequeña selección que muestre el empleo que se hace de dicho animal, como el guiso de jabalí, los filetes de jabalí a las hierbas o el jabalí a la Navarra.