Si queremos perder peso sin hacer grandes renuncias podemos conseguirlo siendo más selectivos con las grasas.

El consumo de grasas saturadas, que son las que suben el riesgo cardiovascular, se asocia a un mayor riesgo de sufrir sobrepeso. Comer a base de productos de origen industrial hace que se cuelen en nuestro menú grasas de baja calidad que no nos conviene ni por motivos de salud, ni de peso.

Es difícil librarse de todas estas grasas porque representan entre el 70 y el 80% de los productos que incluimos en nuestra lista de la compra: platos precocinados, bollería industrial, snacks salados, salsas, galletas dietéticas (esas que compramos, precisamente, para cuidarnos o para adelgazar), etc. Pero lo peor de todo es que esas grasas de baja calidad están desplazando la ingesta de las buenas: el aceite de oliva virgen extra, el pescado azul, los frutos secos al natural, el aguacate, o las semillas.

Las grasas trans y los aceites vegetales, con el aceite de palma en cabeza, son grandes aliados de la industria alimentaria porque mejoran el sabor y la textura de los alimentos a bajo precio. Gracias a este ingrediente, un helado o un queso para untar gana cremosidad, el rebozado de unos calamares congelados o de unos palitos de pollo resulta más crujiente y las galletas más integrales del mercado adquieren una textura suave. 

La grasa produce una inmediata sensación de placer en nuestro cerebro (otra cosa muy distinta es como le siente a nuestro estómago), al mismo tiempo que despiertan nuestro apetito y así como el azúcar puede llegar a empalagar debido a su dulzor, la grasa no satura el paladar por lo cual es más difícil ponerle freno.

Cortando por lo sano con estas fuentes de grasas, notaremos en pocas semanas los resultados frente al espejo. A continuación detallamos los alimentos con más grasas, algunos de ellos totalmente prescindibles.

- LOS ACEITES. Grasa en estado puro y todos engordan por igual. Debemos decantarnos por el aceite de oliva virgen que es el que más beneficios nos aporta.

- SALSAS. Las elaboradas con aceite o nata son una gran fuente de grasa. El all i oli aporta un 85% de grasa y la carbonara un 30%

- MANTEQUILLA Y MARGARINA. Da lo mismo que sea vegetal que animal, contiene un 80%.

- COMIDA RÁPIDA. Aunque es variable, las hamburguesas de vacuno y las patatas fritas tienen entre un 35 y un 43%. Los perritos calientes entre un 34 y un 47% y las hamburguesas de pollo, un 25%

-EMBUTIDOS. La sobrasada es el derivado cárnico más rico en grasa con un 61%. Le siguen el paté con un 44%, el salami con un 40%, la morcilla con un 37%, el salchichón un 36% y el chorizo un 30%.

- QUESOS CURADOS. Entre un 35 y un 40% de su composición 

- CHOCOLATES Y BOLLERÍA. El chocolate blanco y las cremas de cacao aportan un 33% de grasas. El chocolate con leche un 31%. Las ensaimadas un 3º% y un 17% el croissant.

- PRECOCINADOS. Una Lasagna puede contener un 40%. La empanadilla un 22%. Una pizza de tomate y queso, un 10%, si le añadimos beicon el porcentaje sale disparado.

- PATATAS FRITAS. EL 19% del peso de las patatas chip corresponde a las grasas. Tampoco se quedan cortas las patatas fritas caseras con un 17%

- HELADOS. Los industriales entre un 8 y un 14%. Los artesanos entre un 6 y un 10%.

Si cada día renunciamos a estos alimentos podemos adelgazar alrededor de medio kilo a la semana sin hacer grandes sacrificios y además mejorando nuestra salud cardiovascular. 

Debemos dar mayor protagonismo a la carne y al pescado fresco, a las verduras y legumbre, las frutas frescas y los frutos secos. 

En las cremas y salsas sustituye la nata por queso batido 0% materia grasa. 

En los aliños, sustituye las salsas y condimentos procesados por aceite de oliva virgen (no más de 3 cucharadas al día) y añade hierbas aromáticas, especias y hortalizas finamente picadas.

¡Elige mejor y pierde peso saludablemente!