El pomelo (Citrus paradisi) es un cítrico de hibridación natural, creado en las Islas Barbados. De sabor ácido y amargo, posee propiedades sobre el hígado, vesícula biliar, corazón y contiene minerales como calcio, fósforo, potasio, magnesio, azufre, cloro, hierro, cobre, manganeso. También se le conoce con el nombre de toronjo, toronja o pamplemusa.

El pomelo combina la forma de una naranja grande y el color amarillo de un limón, aunque también existen variedades de color verde, semejantes a la piel de la lima.
La tonalidad de la pulpa de los pomelos es variada y atractiva y va desde el color amarillo, al rojo, pasando por el anaranjado.

Es rico, como todos los cítricos, en vitamina C, beta-caroteno y bioflavonoides: lo que convierte esta fruta en un alimento muy recomendado para la prevención del cáncer. Contiene pequeñas cantidades de las vitaminas B1, B2, B3, B5, B6 y E.
Es muy bueno contra los problemas circulatorios y las venas varicosas al tener componentes que fortalecen los vasos sanguíneos.

El consumo de cítricos puede jugar un papel importante en el fortalecimiento de las defensas del organismo, siendo un alimento ideal para la prevención de gripes y resfriados. Favorece la eliminación de toxinas, activa las funciones renales, digestivas, hepáticas, es antihemorrágico y mejora la prostatitis o inflamación de la próstata.

Su consumo se popularizó hace unos años en las dietas para la obesidad, con propiedades diuréticas y depurativas, pues activa las glándulas suprarrenales.

El sabor del pomelo desconcierta a mucha gente que lo prueba, que se encuentra con un sabor menos dulce que el de la naranja, menos ácido que el del limón y algo amargo. El zumo de pomelo es muy habitual tomarlo junto con el desayuno. Quien se habitúa a su sabor ácido y amargo, se convierte en asiduos consumidor de pomelo.

El pomelo se suele tomar fresco, sólo o con azúcar, y en zumo, siendo una buena alternativa al de naranja o limón, o combinado con los anteriores.

Su especial sabor lo hace especialmente indicado para combinar con ensaladas, postres y pescados, como el cóctel de pomelo con langostinos, los pomelos confitados, la ensalada de pomelo, los pomelos rellenos de langosta o el pomelo con aceitunas y huevos.