“Tempranillo”, “cencibel”, “ull de llebre” , “tinto fino”, “tinto del país”, “tinto de toro”, “valdepeñas”, “tinta aragonesa”… son algunos de los nombres que denominan a la uva más española. 

Los orígenes de la Tempranillo se sitúan en La Rioja aunque se desconoce su aparición como variedad autóctona o si las similitudes que comparte con la Pinot Noir son debidas a su introducción en España a través del Camino de Santiago por monjes de la región de Borgoña y después, con la conquista del Nuevo Mundo, desde la Península Ibérica a América y Australia. Es curioso que las últimas tendencias en viticultura sitúen nuevos viñedos de Tempranillo no sólo en Francia e Italia sino también en Australia y California.

Su importantísima presencia en España, presente en 28 de las 54 Denominaciones de Origen, se debe al equilibrio de la combinación del binomio: clima fresco y suelo arcilloso, que dota de la adecuada acidez a la par que permite su supervivencia en los veranos calurosos, siendo Ribera del Duero, La Mancha y La Rioja donde se encuentran los principales viñedos de esta uva.

¿Qué aromas aporta la Tempranillo? Lo más destacable sería la presencia de frutas negras (mora, ciruela…) y frutas rojas (frambuesa, fresa...), podemos encontrar también presencia de coco, tabaco y lácteos. La tempranillo joven es netamente golosa, el envejecimiento en barrica le confiere puntos de frutos secos y café.

¿Cuáles son los encantos de la Tempranillo? Si bien la Tempranillo carece de la complejidad que otras uvas provocan en nuestro paladar, los grandes vinos de esta uva obtienen una estructura, intensidad y equilibrio más que sobresalientes y es en ese equilibrio y en la integración de los taninos, que da al vino suavidad, donde se encuentra su potencial.

¿Cómo disfrutar maridando un vino de Tempranillo? Como siempre para maridar buscaremos el contrapunto que equilibre lo más notable de la uva, en este caso esa potente presencia compotada de las frutas negras y rojas, podríamos resaltarlo al emparejarlo con platos contundentes con toques especiados encontrándolo en los clásicos asados de lechal, cochinillo o cabrito perfumados de laurel, sarmiento o tomillo; guisos de patatas o judías; caza; cecinas y embutidos y, también por qué no, con unos pimientos rojos asados con aroma de ajo, unas sencillas pero emocionantes migas de pastores sembradas de tocino… Si nos decantamos por la cocina internacional el contrapunto podría llevarnos a emparejarlo con una cocina muy especiada: los deliciosos currys indios o guisos de cordero a la manera árabe acompañarían perfectamente a nuestra tempranillo.

Esther Britos (enóloga)
www.enocircuit.com

Maridajes Recomendados:

Patatas a la Importancia
Carmelo Rodero 2005, DO Ribera del Duero

Migas con Uvas
Hiru 3 Racimos 2002, Bodegas Luis Cañas, DO La Rioja

Cordero Asado Tradicional
Aalto 2003, DO Ribera del Duero

Pollo al Curry
Mirto, Bodegas Ramón Bilbao, DO La Rioja

Cordero con Ciruelas y Almendras
Pintia 2001 Bodegas y Viñedos Pintia, D.O. Toro