Hace millones de años que los mamíferos surgieron en la tierra. Su nombre viene del hecho de que las hembras alimentan a sus crías con secreciones internas a través de las glándulas mamarias. Su composición hace a la leche el alimento perfecto y completo para el desarrollo de las crías.

Si exceptuamos la leche de la propia especie (leche humana) ingerida como alimento natural por el niño, solamente utilizamos como alimento la secreción de la glándula mamaria de determinados animales, por lo general la vaca, búfala, cabra u oveja.

La leche bovina contiene todas las sustancias que precisa el ser viviente joven en las primeras semanas de existencia para la formación y mantenimiento de su organismo, es el alimento más completo que existe.
Sus virtudes no sólo se han implantado en la alimentación, ya en tiempos de Cleopatra se cuenta que fue la mujer que reunió más secretos sobre el cuidado de su belleza: sus mascarillas, su maquillaje y sus baños de leche pasaron a la historia.

El alto valor biológico de las proteínas de la leche es consecuencia de contener seis aminoácidos esenciales para el ser humano. Su contenido en grasas, vitaminas, minerales y agua hacen de este alimento algo único.

Por sus posibilidades para utilizarse en forma de quesos, mantequilla, helados, batidos y postres, la leche no tiene rival. Una gastronomía sin salsas como la bechamel, sin quesos, sin cuajadas, ni pizzas, ni yogures y sobre todo mantequilla sería casi imposible de entender en nuestras casas. Miles de recetas tienen en su composición leche o alguno de sus derivados.

Os ofrecemos una serie de recetas donde la leche es elemento esencial. Su elección ha resultado muy compleja por la cantidad y calidad de recetas que contienen leche o derivados de esta: el flan de calabaza, la tarta quesada, o el dulce de leche argentino.