Son los frutos del pino piñonero (Pinus pinea). Los piñones son las semillas de las piñas del pino, un árbol nativo de las regiones mediterráneas donde es muy consumido en crudo, tostado o salado. Este ingrediente típico de muchos dulces, de un gusto y textura más suave que el de las nueces, es una fuente excelente de proteínas, carbohidratos y grasas insaturadas. 

Su riqueza en calcio y magnesio los hacen muy aconsejables en etapas de crecimiento o como alternativa o complemento a los lácteos. Las personas con osteoporosis y descalcificación encontrarán en los piñones unos buenos aliados.

Sus ácidos grasos mono y poliinsaturados los hacen muy indicados para combatir el colesterol y las enfermedades cardiovasculares. Los piñones también aportan vitaminas B1, ácido fólico, calcio, potasio, fósforo, magnesio y hierro. Es ideal para deportistas y excursionistas ya que en poca cantidad nos aportan mucha energía y nutrientes.

En estados carenciales, cansancio y anemias (aportan hierro). Deberíamos masticarlos poco a poco a fin de mejorar su digestibilidad y asimilación. Contienen un 14 % de proteínas de fácil asimilación. Su consumo, también mejora el funcionamiento del sistema nervioso.

Los piñones son los únicos frutos secos que no vienen de plantaciones sino que se recolectan del bosque. Esto conlleva que no lleven ningún pesticida ni producto químico.

Los piñones han sido valorados desde la antigüedad, época en la que acompañaban a los legionarios romanos en sus campañas y les servían de provisión, reconfortando con su sabroso sabor y su alto contenido proteínico y graso.

Acompañamos este artículo con cinco recetas relacionadas con los piñones, como las codornices con piña, pasas y piñones, el rape con piñones, la ensalada de alcachofas, espinacas y piñones, el pastel de piñones o el pollo con piñones.