Los vinos del Ródano vivieron un momento de gloria en la etapa de los zares, es conocido que el nombre del palacio de Ermitage en San Petersburgo, hacía los honores a los vinos de la Denominación de Origen Hérmitage. Sin embargo, hoy en día estos vinos permanecen en un segundo plano detrás de los protagonistas de los vinos blancos no sólo franceses sino mundiales, con el Borgoña a la cabeza y también con el Chablis o los vinos de Alsacia, incluso en otro orden de cosas tratándose de un vino dulce, de la fama del Sauternes.

El área del Ródano se sitúa entre una zona caliza y otra granítica y de grandes desniveles que requieren un enorme trabajo en la vid, y además sufre un clima continental con la particularidad de gran diferencia de temperaturas entre el verano, muy soleado y caluroso, y un invierno frío.

La uva más importante en esta zona es la Viognier, olvidada por los viticultores del Ródano, un viticultor australiano y otro norteamericano consiguen plantar con éxito Viognier en sus países respectivos a principios de los 70, con la consiguiente alarma de los viticultores franceses quienes deciden volver a replantar viñedos de esta vid con el fin de elaborar vinos de calidad.

En estos vinos destaca un elevado nivel de alcohol debido al glicerol. El aroma de la Viognier es floral y frutal, con toques minerales y de frutos secos. Las tendencias de elaboración son dos: para obtener vinos ligeros y frescos y para obtener vinos blancos con crianza a la manera borgoñona. Esta variedad convive con otras dos variedades blancas autóctonas de peso en los vinos de alta expresión del Ródano como son la Roussanne, que aporta acidez y elegancia, y la Marsanne,que produce vinos más grasos y untuosos, además de compartir espacio con la tinta Syrah.

En el maridaje semanal escogemos para esta ocasión cinco vinos blancos en los que la madera está presente, con lo cual podemos permitirnos emparejarlos con platos con cierta contundencia y complejidad, ampliando nuestra perspectiva habitual de casar a los blancos con entrantes o mariscos y pescados de preparación sencilla, sustituyéndolos por recetas de pescado con salsas complejas, para los que irá perfecto ese toque de madera, especias y cítricos. Son vinos en los que el grado de alcohol está más presente que una acidez marcada, evitaremos entonces los matrimonios con alimentos en los que destaque la grasa, por ejemplo, el foie al que acompañará mejor un vino con acidez marcada con el fin de compensar ese aspecto graso.

Esther Britos. 
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Maridajes Recomendados:

Merluza en Salsa Verde: Cave de Tain Hermitage 2003, Cave de Tain, AOC Hérmitage.

Merluza a la Bilbaína con Pimientos Rojos:
Fleur de Crussol 2004, Domain Alain Voge, AOC Saint Péray.

Bacalao al Pil Pil: Domaine de la Janasse 2005, Domaine de la Janasse, AOC Châteauneuf du Pape.

Rape a la Marinera: Château Grillet 2001, Neyret Gachet, AOC Château Grillet.

Merluza al Horno con Tomate: Pierre Gaillard Chery. Condrieu,Pierre Gaillard, AOC Condrieu.