Tiempo de setas

 

Las setas de cultivo se pueden encontrar todo el año, pero las setas silvestres aparecen con la llegada del otoño y de las primeras lluvias. En la cocina son un verdadero tesoro: aportan aromas y sabores intensos a tierra, a humedad, a bosque.  Aportan pocas calorías y un alto contenido en proteínas y minerales, como el fósforo, el hierro y el potasio.

Una actividad muy extendida en toda la geografía española es la de salir a recoger setas, una costumbre que aúna ocio, deporte y sabrosa cocina. Pero es muy importante que los aficionados a esta actividad sepan diferenciar las distintas especies y las comestibles de las toxicas, para evitar posibles problemas graves de salud. 

Entre las setas comestibles más comunes se encuentran:

El Níscalo. Es una de las especies comestibles más comunes y abundante en España. Su color es anaranjado rojizo y su sombrero convexo y carnoso.

Otra variedad comestible también muy común es el Rebozuelo, de color amarillento y sombrero en forma de embudo.

La Trompeta de la muerte con forma de cuerno, el pie gris y el sombrero negro es muy adecuada para secar.

El Boletus edulis. Es la seta de moda, cualquier restaurante que se considere de la nueva cocina, la tiene en su menú de alguna manera. De color pardo, su sombrero semiesférico puede alcanzar hasta los 20 centímetros. Se dan en los bosques de robles y castaños.

El consumo de las setas debe ser moderado. En  grandes cantidades, o de forma continuada, pueden resultar indigestas. 

La limpieza de las setas, ya sean silvestres o cultivadas, no es tarea fácil. Primero se  debe cortar la parte baja de los pies; no es aconsejable lavarlas bajo el grifo, es mejor limpiarlas con un paño húmedo o con un pincel, evitando de este modo que pierdan su aroma. Es recomendable no cortarlas hasta el momento en que se vayan a preparar, y nunca dejarlas en remojo. Una vez limpias se conservan varios días en la nevera envueltas con un paño húmedo.

A la hora de cocinarlas tendremos la precaución de no hacerlo a fuego demasiado vivo. Cociéndose poco a poco es como mejor conservan su aroma y sabor.

La textura que tienen la gran mayoría y su suave sabor las hacen perfectas para combinarlas con carnes, pastas o para hacer con ellas salsas. Además, por supuesto de ser las protagonistas de platos como los revueltos y otras recetas.

Es indiscutible que las setas son gastronómicamente atractivas; su penetrante aroma a bosque y tierra mojada, su excelente sabor y sus delicadas texturas, dan a cualquier plato un toque especial. Así que aprovechemos que estamos en temporada para disfrutar, siempre con moderación,  de éste delicioso manjar.

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