Aunque nuestro cuerpo tiene sus propios sistemas para eliminar las toxinas, los excesos que cometemos con la comida o con la bebida pueden saturarlo y dar lugar a sobrepeso y a retención de líquidos.

Esto no significa en absoluto que tengamos que dejar de comer. Consiste en aumentar el consumo de alimentos que, gracias a su poder diurético, nos ayuden a evitar la acumulación de toxinas.

Los alimentos más adecuados para ello son las frutas y las verduras pues al ser ricas en fibra, potasio y agua, resultan muy diuréticas y estimulan el tránsito intestinal. 

Las verduras con mayor poder depurativo son todas las de hoja verde, como la alcachofa, la cebolla, el puerro, el apio, o los espárragos trigueros. Entre las frutas podemos apostar por la naranja, la uva, el kiwi, la piña, o la papaya. 

En cuanto a cantidad a consumir, La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda tomar cinco raciones de frutas y verduras al día, mejor enteras que en zumo. 

Dentro de las frutas secas, las que más destacan por su contenido en fibra son las pasas, los orejones, las ciruelas pasas, el pan de higos, o el plátano seco.

Las legumbres entre otros nutrientes, también contienen mucha fibra. Lentejas, judías, garbanzos… todas resultan muy aconsejables siempre y cuando se cocinen sin grasa. Se recomienda tomar unas tres raciones de legumbres a la semana.

En cuanto a los alimentos de origen animal debemos elegir las variedades más ligeras, los pescados son la mejor opción y entre  las carnes, optaremos preferiblemente por las blancas, como el conejo, el pavo o el pollo.

Lo ideal sería adoptar un estilo de alimentación en el que un  50% de las proteínas de nuestra dieta procedan de pescado, huevos, lácteos o carnes blancas, pero el otro 50%, de alimentos vegetales.

No olvidemos que tan importante es la elección de los alimentos como la forma de cocinarlos.  Una merluza supone una estupenda cena, pero ya no tanto si optamos por rebozarla y freírla con abundante aceite y para colmo la acompañamos con mayonesa. Podemos obtener un saludable y ligero plato optando por otros métodos de cocción, como al vapor, a la plancha o al horno. Para cuyas técnicas, además, no se necesita ningún gran despliegue de habilidades culinarias.

Es vital para nuestra salud beber una cantidad suficiente de líquidos como agua, caldos de verduras, infusiones o zumos caseros, para depurar los riñones y eliminar toxinas a través  de la orina. Así como reducir el consumo de sal, sustituyéndola por especias y hierbas aromáticas y  también reducir o eliminar el consumo de azúcar.

Para terminar podemos decir que tendríamos que desacreditar el mito de que comer de manera saludable solo sirve para bajar de peso, porque comer de manera saludable significa sentirse bien con uno mismo todos los días, sin renunciar al placer de una buena comida.