Dátiles

 

El dátil de nombre científico, “Phoenix dactylifera”, es el fruto de la palmera datilera, de unos 4-8 centímetros de longitud y color amarillo dorado cuando está maduro. Su carne, blanda y de sabor dulce, contiene un hueso alargado en su interior. Este fruto no se somete a un proceso de desecación, sino que se seca al sol en el mismo árbol y después se recolecta.

La palmera datilera, de la cual procede el dátil, es un árbol muy antiguo del que ya se atestigua su cultivo hace unos 3000 años a. de C. en el Medio Oriente. La palmera ya fue cultivada por los antiguos egipcios, los babilonios y los asirios. La propia Biblia en el “Cantar de los Cantares” hace mención del dátil como símbolo de dulzura y el Corán, en alguna “Sura”, dice que el paraíso esta lleno de dátiles. Este fruto, típico de los oasis, constituye una parte importante de la dieta de muchas poblaciones árabes.

El dátil es muy rico en fósforo, magnesio, potasio, cloruro sódico, hierro, calcio, hidratos de carbono y vitaminas A, B1, tan buena para los nervios, los músculos y el corazón,
B2, B6, C, E. Las reservas de folato en el cuerpo están relacionadas con la prevención de enfermedades cardiovasculares.

Los dátiles pueden consumirse frescos o secos, y constituyen un alimento básico importante para las gentes del norte de África y el Cercano Oriente, quienes son, al mismo tiempo, los principales productores. En todo Oriente Medio los dátiles se consideran un poderoso afrodisíaco.

Para los nativos del desierto y sólo con un poco de agua, puede constituir una dieta completa durante varias semanas en la travesía del desierto. Es altamente recomendable para el crecimiento en la adolescencia, en los embarazos y en caso de cansancio físico e intelectual. Puede ser de gran ayuda en el esfuerzo de los deportistas y el envejecimiento. Se utiliza con éxito para infinidad de helados, cremas y pasteles, mezclándolo con la leche y sus derivados. También son una importante fuente de fibra soluble, lo que los convierte en un inmejorable laxante que no irrita el estómago.

Para lograr una perfecta conservación del dátil y evitar que se deseque en exceso, hay que guárdalos en frascos de cristal bien cerrados y en un lugar fresco, seco y protegido de la luz y de los insectos. Así se mantienen durante meses.

El dátil seco es una de las frutas deshidratadas que con más frecuencia se consume en todo el mundo. Existen más de 100 variedades de dátiles y el Deglet Noir (originario de Túnez), es uno de los más apreciados.

En los países como los árabes y orientales, suele ser ingredientes esenciales de platos salados. En la India se emplean para preparar chutneys y curry.

Los dátiles, tanto frescos, como secos, son un alimento muy nutritivo. Para empezar, aportan una gran cantidad de energía. Mientras los primeros contienen 107 calorías por cada 100 gramos, los secos llegan a las 227 calorías por la misma cantidad de producto.

Esta vez os recomiendo las siguientes recetas: los dulces rellenos de dátiles, el dulce de dátil y nuez, el postre de dátiles y almendras, la pasta de dátiles y almendras o el bizcocho de dátiles.

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